Para el estudioso como para el estudiante de Derecho, la comparación jurídica representa hoy, quizás más que en el pasa-do, no solo un “método” útil de conocer, sino también, y especialmente, un “modo” de concebir el Derecho en la pluralidad y complejidad de sus manifestaciones. De ello, deriva el valor esencialmente formativo, además que informativo, del estudio comparado del Derecho. Un estudio inclinado, al menos desde los tiempos de Montesquieu, al discurso polisentido y multidiverso sobre y en torno al Derecho, que se acerca y, a veces, se sobrepone a los confines de otras disciplinas de estudio, pertenecientes al saber humanista, como en particular: historia, antropología, filosofía, ética, religión, política, economía y sociología.
Criminologia
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«La exposición que sigue pretende someter los presupuestos criminológicos de la Política criminal del presente a una investigación conjunta y trazar un corte transversal por el actual estado de nuestra ciencia. Quiere erigir sobre esta base empírica el edificio de una lucha eficaz contra el delito. Para lograr este fin está precisamente a hacer Criminología, y especialmente Psicología criminal. Lo que significa que debe investigar el origen anímico del delito. Con tal afirmación aparece ligada una serie de difíciles problemas de índole previa.
Ha de tenerse en cuenta que la psicología criminal es una parte de la Biología criminal. Verdad es que, con arreglo a su propio concepto, la psicología criminal se dirige a la investigación de procesos anímicos en el delincuente. Pero la investigación contemporánea de la vida anímica del ser humano nos enseña que esta última está en constante dependencia de los procesos corporales. Aparece en todas partes ligada a procesos somáticos, especialmente a los del sistema nervioso central, aunque en modo alguno solo a ellos.