Hubiera incurrido de mi parte en una insuperable estupidez si declinara la generosa invitación cursada por don Francisco Olejnik para publicar esta colección de textos en la prestigiosa y pujante editorial que él mismo dirige. Ahí es nada disponer, por gentileza de este editor, de la sin par oportunidad para dar a conocer a la inmensidad del público hispanoparlante estas modestas (y discutibles) opiniones de quien suscribe.
Puesto manos a la obra, incluiré en este libro un manojo de artículos o capítulos que en su gran mayoría (no en su totalidad) ya habían visto la luz con precedencia en diferentes revistas o monografías. No obstante, todos ellos han experimentado diversas modificaciones (correcciones, supresiones, añadidos), sin contar con las destinadas a conferir una cierta homogeneidad en la presentación de los distintos capítulos, o a descargarlos de evitables reiteraciones, o, finalmente, a aliviarlos de la pesadez de prescindibles pies de página (y sus aditamentos de rigor). Algo han cambiado, por tanto.
Interpretación y Juez
$39,79Formato Electrónico
(Conoce AQUÍ como utilizar tus eBooks)
Fernando Fueyo Laneri fue un notable jurista de dimensión latinoamericana. Su presencia y su obra de civilista de excepción se extiende por toda la segunda mitad del siglo XX. Sus ecos, la vitalidad innovadora de sus propuestas, se perciben en nuestros días. Su aporte a la ciencia jurídica es valioso e indiscutible. Allí están, para acreditarlo, sus numerosos y documentados trabajos, cristalizados tanto en sus libros como en ensayos y artículos de revista.
Entre sus varios libros recuerdo, por el impacto que me produjo, el titulado Interpretación y Juez. De su lectura se advierte el rigor y la profundidad de su pensamiento, la finura en el tratamiento de la materia, su exhaustiva bibliografía, entre otras notas que se hallan presentes en dicha obra. Todos sus libros denotan su calidad de extraordinario jurista, su notoria seriedad científica y los amplios conocimientos de la materia que abordaba en cada ocasión.
Fueyo estaba dotado de un agudo sentido crítico. Esta capacidad de penetración en las interioridades y meandros de la disciplina civilística le facilitaba el cuestionar algunos dogmas jurídicos con la intención de perfeccionarlos, complementarlos o sustituirlos. Por ello, se hallaba en constante búsqueda de nuevas soluciones ahí donde le parecía que las respuestas que ofrecía la dogmática jurídica no eran adecuadas o simplemente resultaban insuficientes o confusas. En esta insosegable inquietud, propia de todo investigador, avizoraba nuevos horizontes, avanzaba seguro en ciertas áreas planteando inéditas propuestas, algunas de ellas con visos de heterodoxia.