El principio de independencia judicial es la columna vertebral del Estado de Derecho. La trascendencia de la justicia independiente llega a su culminación cuando esa justicia es encargada no sólo de aplicar la ley, sino cuando tiene que aplicar y garantizar los valores constitucionales nacidos del pueblo, del poder constituyente. El paso del Estado de Derecho al Estado Constitucional de Derecho no se hubiera producido sin el Juez independiente. Tampoco hubiera sido posible conseguir el estado Social. El máximo desafio de un Juez independiente no es sólo «interpretar fielmente» el derecho, sino «aplicarlo de forma imparcial». Es, en definitiva, la independencia judicial no un derecho de los jueces, sino un derecho de los ciudadanos. Es éste un estudio esclarecedor sobre el Juez y su circunstancia constitucional.