Los hombres desean ser libres, pero quieren, además, muchas otras cosas. Llegamos, así, a una idea de máxima satisfacción de los deseos, necesidades o expectativas humanas. Lo que tenemos que hacer es control social y, por lo mismo, en Derecho es reconciliar y a ajustar estos deseos o necesidades o expectativas, hasta el límite que para asegurar así cuanto nos sea posible de la totalidad de los mismos. Hasta nuestros días ese es el orden de mayor alcance.
Problemas fundamentales de la democracia moderna
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El peligro que la libertad corre a manos del Poder legislativo en los regímenes de democracia a base de partidos políticos, es un peligro especial; un peligro que supera, con mucho, al que en las comunidades políticas le puede venir a la libertad de otros órganos rectores. Esta enorme sensibilidad de la libertad respecto de las intervenciones del legislador responde a causas peculiares, las cuales —por más que entre sí puedan diferir— dan lugar, al concurrir en la situación actual, a que la libertad parezca en trance de singular peligro.