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El médico, además de ser un excelente profesional en la aplicación de la lex artis de su especialidad, debe conocer determinados elementos de Derecho Sanitario que incorpora a su inventario de conocimientos profesionales, tan valiosos los unos como los otros. Considerando las actuales circunstancias sociológicas de los pacientes, y que la forma de ejercer la medicina en EE.UU., prácticamente privada, mediante contratos privados, implica una unidad de contraprestación recíproca, de tal forma que, si el médico no consigue el objetivo pactado o contratado, existe un incumplimiento contractual que deriva en responsabilidad y en una indemnización en función de los daños ocasionados al paciente. Esta forma de hacer medicina ha trascendido a los países de la Unión Europea, siendo cada vez más elevado el número de demandas a los profesionales de la medicina. Este novedoso derecho denominado «sanitario» que tanta importancia viene cursando en los últimos años, impulsado, sin duda, por los estudios de la doctrina científica y la jurisprudencia de nuestro alto Tribunal, se ha cimentado en el derecho civil o en el derecho administrativo en función de la relación privada médico-paciente o pública administración-paciente.