El resultado de este trabajo de reflexión es lo que se encontrará consignado en las páginas de esta obra, trabajo realizado con entera buena fe, sin gran aparato de erudición y de acuerdo con un plan más bien positivo que crítico.
Si, en definitiva, los valores tradicionales salen del análisis confirmados, poco importará al autor no haber “aportado nada nuevo”. Los grandes principios de la civilización humana y cristiana no son nuevos. Tampoco son viejos. Se contentan con ser siempre verdaderos, a pesar de sus enemigos decididos, que oponen doctrina a doctrina; y a pesar también de los relativismos de toda especie, que se figuran que la ciencia digna de este nombre excluye necesariamente la doctrina.
Elocuencia forense. Ensayo históricopsicológico
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La elocuencia forense perderá todo aquello que tiene ahora de teatral y venal. La profesión del defensor no será en lo sucesivo un oficio de interés privado, pagado una y otra vez por el inculpado, para convertirse en una función social como lo es hoy la acusación; y la defensa no podrá ayudarse ya en lo sucesivo de aquellas armas retóricas que en la actualidad constituyen su prestigio fatal, sino que deberá buscar otras armas más dignas y más nobles, en el arsenal de la ciencia. La elocuencia forense, en suma, se convertirá en un estudio de psiquiatría o de psicología, únicas bases seguras para poder juzgar con aquella relativa justicia que debe conciliar el derecho del individuo con el de la sociedad.
Yo bien sé, mi querido Materi, que este sueño es un ideal muy lejano; pero me ha placido afirmarlo aquí, al frente de tu libro, donde lo expresaste clara y noblemente, a fin de que el público que lea tu trabajo conozca el objetivo de sus principios y entienda su alcance y su fin.