El Derecho Administrativo de nuestro tiempo se caracterizará, dice el autor de este libro, por su conversión en un Derecho al servicio de los ciudadanos que vaya más allá de las afirmaciones eufernisticas de los legisladores. No deja de ser curioso que entre las miles de leyes a las que calificamos de legislación administrativa sólo unas pocas estén dedicadas de modo principal a los derechos de los ciudadanos. Por eso resulta necesario para el autor que el estudio del Derecho Administrativo se haga desde los valores, principios y misiones constitucionales que tienen encomendados los poderes públicos y que permitirán reconstruir el edificio administrativo, arrumbando los abundantes restos del Derecho Administrativo que llega hasta nuestros días como un claro exponente del Derecho del poder.