La finalidad de este trabajo es la de mostrar cómo se desarrolla la actividad judicial en el proceso de aplicación del Derecho con la intención de comprobar si, efectivamente, la labor de los jueces encaja dentro del marco diseñado por los nuevos Estados constitucionales. En la primera parte del libro se analiza el concepto de interpretación y aplicación del Derecho, así como las diferentes teorías acerca de la actividad interpretativa. A continuación, se examinan los criterios clásicos de la interpretación del Derecho con la intención de mostrar la amplia libertad de la que gozan los jueces a la hora de su elección. Tal libertad determina en buena medida el contenido de las resoluciones judiciales y permite a los jueces modelar el contenido del Derecho. El último capítulo está dedicado al control de la actividad judicial y a la responsabilidad que tienen los jueces en su actividad cotidiana. Aquí se discuten los problemas relativos a la creación judicial del Derecho, así como la cuestión de hasta dónde puede llegar la denominada discrecionalidad judicial en la aplicación del Derecho.
Interpretación y Juez
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Fernando Fueyo Laneri fue un notable jurista de dimensión latinoamericana. Su presencia y su obra de civilista de excepción se extiende por toda la segunda mitad del siglo XX. Sus ecos, la vitalidad innovadora de sus propuestas, se perciben en nuestros días. Su aporte a la ciencia jurídica es valioso e indiscutible. Allí están, para acreditarlo, sus numerosos y documentados trabajos, cristalizados tanto en sus libros como en ensayos y artículos de revista.
Entre sus varios libros recuerdo, por el impacto que me produjo, el titulado Interpretación y Juez. De su lectura se advierte el rigor y la profundidad de su pensamiento, la finura en el tratamiento de la materia, su exhaustiva bibliografía, entre otras notas que se hallan presentes en dicha obra. Todos sus libros denotan su calidad de extraordinario jurista, su notoria seriedad científica y los amplios conocimientos de la materia que abordaba en cada ocasión.
Fueyo estaba dotado de un agudo sentido crítico. Esta capacidad de penetración en las interioridades y meandros de la disciplina civilística le facilitaba el cuestionar algunos dogmas jurídicos con la intención de perfeccionarlos, complementarlos o sustituirlos. Por ello, se hallaba en constante búsqueda de nuevas soluciones ahí donde le parecía que las respuestas que ofrecía la dogmática jurídica no eran adecuadas o simplemente resultaban insuficientes o confusas. En esta insosegable inquietud, propia de todo investigador, avizoraba nuevos horizontes, avanzaba seguro en ciertas áreas planteando inéditas propuestas, algunas de ellas con visos de heterodoxia.